Esta acogedora ciudad es imagen fiel del estilo de vida suizo, se encuentra rodeada de zonas verdes, la recorre el río Aar, tiene su conexión de trenes y un pequeño centro en el que hay varios comercios y la famosa cadena alimenticia suiza Migros en donde podemos comprar, aparte del estupendo queso y chocolate suizos, una bebida muy típica llamada Rivella (hay que probarla para describir su sabor, solo decir que esta hecha con ¡suero de leche de vaca!)
Destacar que esta ciudad tiene una especie de isla en medio, que tiene una pista de atletismo y diferentes zonas para realizar varios tipos de ejercicios ya que, en un principio, era una zona de entrenamiento militar y ahora la aprovechan sus habitantes para hacer ejercicio, pasear…
Aquí todo el mundo se desplaza en bicicleta, desde niños hasta personas jubiladas; los días de sol me traen muchos recuerdos de mi tierra porque siempre aprovechan para hacer barbacoas en sus jardines particulares o a orillas del Aar.
Para hacerse una imagen casi perfecta de esta ciudad, recomiendo la película “Un franco 14 pesetas” que aunque ya han pasado muchos años desde que se hizo, continúa reflejando la realidad entre ambos países.
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